Con el fin de asistir a los peregrinos que franqueaban los Pirineos en su ruta jacobea, hacia 1127, el Obispo de Pamplona, a instancias del rey Alfonso el Batallador, fundó la institución hospitalaria de Roncesvalles.
La reciente restauración acometida por el Gobierno de Navarra nos posibilita ofrecer al abrigo de estas viejas paredes un albergue dotado de las mejores instalaciones y servicios. Donde el peregrino, tras la agotadora estapa que inicia el Camino en Navarra, pueda descansar y disfrutar de este excepcional conjunto histórico patrimonial.
Orreaga-Roncesvalles guarda memoria de gestas y cantares;
del paso de viejas calzadas y peregrinos agotados en ruta a Compostela;
de reyes que alzaron hospitales, iglesias, claustros y capillas;
de hospitaleros que fueron y son sacramento de acogida;
del amor por su Señora de los valles vecinos,
de su cofradía y de sus romeros,
y de sus muchas cruces…
Hoy, algo nuevo despierta en Roncesvalles